La terapia asistida por animales se caracteriza por emplear animales (normalmente perros aunque a veces también se emplean gatos o caballos) para lograr un objetivo terapéutico.
Deben estar dirigidas por profesionales de la salud mental y contar con los mismo procesos que una terapia tradicional: evaluación e intervención dirigida a objetivos concretos.
Se trata de un tipo de intervención que emplea a los animales como herramienta terapéutica con el objetivo de mejorar las funciones físicas, cognitivas, emocionales y/o de comportamiento.
Puede emplearse en situaciones tan diversas como: personas en riesgo de exclusión social, personas con discapacidad física o psíquica, población con problemas de salud mental (como trastornos del espectro autista, depresión o trastorno de déficit de atención e hiperactividad) personas en situación de enfermedad terminal, personas con trastornos alimentarios, adolescentes y jóvenes con comportamientos agresivos, personas mayores
Se trabajan las siguientes áreas:
- Área física: Actividades dirigidas a mejorar funciones físicas del usuario como coordinación o motricidad fina.
- Área cognitiva: En este caso se centra en mejorar procesos mentales como la memoria o la atención en el usuario. Además este tipo de terapias tienen efectos sobre la autoestima
- Área emocional: Las actividades se dirigen a mejorar la expresión y el manejo de emociones.
- Área relacional: En este caso se realizan actividades en las que se trabaja con otros, mejorando las relaciones interpersonales.
Además de la terapia asistida por animales, también existen las actividades asistidas por animales, que ofrecen a los usuarios oportunidades recreativas y de ocio, o la educación asistida con animales, que se enfoca en el logro de metas académicas, en este caso dirigidas por profesionales de la educación.
Judit Muñoz